Bianca Weijers Tüss
Un EcoCombi de 25,25 metros con una mujer al volante. Una escena bastante habitual en Escandinavia. Y ahora tenemos al menos a una también en los Países Bajos, una que no tiene tiempo para la "inusual" etiqueta que va ligada a las camioneras. "¿Qué quieres decir con ‘el trabajo de un hombre’? Siempre estoy rodeada de mujeres". Esto se debe en parte a que Bianca Weijers conduce un camión para la cadena de farmacias Kruidvat en nombre de su empleador, Cornelissen.
"Dicen que siempre se ayuda primero a una mujer conductora, pero el pintalabios rojo y los rizos rubios no sirven de nada cuando aparezco con mi transpaleta", se ríe. "Al fin y al cabo, quien firma mis albaranes también lleva rizos y pintalabios".
Bianca Weijers Tüss (34) está casada con Paul, quien también es camionero, y tienen dos hijos. "Puede ser bastante frenético tener a dos camioneros en la familia", dice Bianca. "Pero a mí ya me interesaban los automóviles cuando era joven y estaba involucrada en el mundo de los tranvías. "The Fast and the Furious", ese era mi objetivo. Tenía un Honda CRX que me costó lo que en aquel entonces fue una fortuna, pero gracias a este coche acabé conociendo a Paul".
Aunque su padre era camionero, al principio Bianca no tenía la intención de seguir sus pasos. "Empecé con una furgoneta de reparto y luego pensé en convertirme en mensajera, pero no era viable porque parecía que todos los demás también habían decidido convertirse en mensajeros. Fue entonces cuando me examiné para obtener el permiso de conducción de vehículos pesados y comencé a trabajar para los sectores de la construcción y las mercancías pesadas. Me uní a Cornelissen hace ocho años y llevo conduciendo para ellos desde entonces".
"Empezar a las 5:30 para mí es levantarse tarde"
Hoy, Mitch (6), el hijo de Bianca, se ha unido al viaje y va sentado en su propio asiento para niños en el enorme DAF, que lleva acoplados dos remolques B-Double de ciudad. "La puerta trasera se quedó atascada y tuve que pulsar un botón para que mamá pudiera accionarla de nuevo", dice con orgullo. "A Mitch le encanta acompañarme en los viajes. Mi hija Sterre es demasiado pequeña", explica Bianca. "Yo trabajo tres días a la semana y Paul trabaja cinco. Ambos trabajamos para la misma empresa. Paul libra los lunes, así que ese día puedo conducir su camión, pero ambos trabajamos los viernes y sábados, por lo que mi madre cuida a los niños por nosotros. No somos precisamente una familia común. A menudo tengo que levantarme a las 2:30 de la mañana porque mi turno normalmente empieza a las 3:30. En otras ocasiones, no empiezo hasta las 5:30 ¡y eso para mí es levantarse tarde!".
Bianca nunca ha considerado que su trabajo sea demasiado exigente. "Una mujer puede hacer este trabajo sin ningún problema. Por ejemplo, fijémonos en este DAF: no hay que cambiar de marcha manualmente, es fácil de maniobrar y el asiento es perfecto incluso para las personas no muy grandes. Además, te acostumbras muy rápido a conducir un EcoCombi. Por supuesto, llegar a la dirección de entrega en una ciudad puede suponer un auténtico desafío. En algunas ocasiones tengo que descargar en la calle. Si hay un coche estacionado en el área de carga y descarga, siempre le saco una foto por si se va antes de que el guardia de tráfico haga acto de presencia. Y hay que tener muchísimo cuidado con los ciclistas, ya que algunos realizan maniobras alrededor del camión que te dejan con el corazón en un puño".
"Si crees que lo sabes todo, ¿por qué no lo haces tú?"
Bianca siente un placer enorme al conducir el EcoCombi. "Es una sensación increíble cuando un vehículo tan enorme hace exactamente lo que tú quieres que haga. Vale, hay que tener cuidado al entrar y salir de una rotonda o al tomar una curva debido a los cuatro puntos de pivote diferentes. Al principio me resultaba complicado maniobrar marcha atrás hasta la zona de carga. Conduje un camión rígido con remolque mientras recibía mis clases de EcoCombi y eso resulta mucho más fácil que tener acoplados dos remolques de ciudad. La primera semana fue muy complicada hasta el punto de pensar seriamente en tirar la toalla. "Nunca seré capaz de hacerlo", pensé. Sobre todo porque un camión tan grande siempre supone una obstrucción considerable y no escasea la gente a la que le gusta decirte cómo tienes que conducirlo. No le des importancia a cómo te miran tus compañeros. Ahí es cuando ser mujer no resulta de ninguna ayuda, pero yo siempre digo: "Si crees que lo sabes todo, ¿por qué no lo haces tú?". Una semana después ya lo tenía dominado, así que ahora yo sé cómo se hace y ellos no.
¿Qué ocurre con la carga y la descarga? "En Kruidvat se utilizan palés en lugar de contenedores de ruedas. Esto me hace la vida mucho más fácil porque tengo una transpaleta eléctrica y, además, evita que me agote. Le recomendaría esta profesión a cualquier mujer. Si estás buscando un trabajo interesante que te haga destacar entre los demás, hazte camionera. Lamentablemente yo no puedo destacar porque ¡hay muy pocos hombres entre el personal de Kruidvat!".
